Isabella Bayo, convive con la afasia desde hace 12 años. Su marido Guillermo, con 50 años, estaba un día contando la misma anécdota que contaba siempre de un verano que pasó con un amigo y de repente se quedó callado. Era incapaz de continuar. «Pero Guillermo ¿qué te pasa?, le dijimos y nos miró desorientado». Ahí quedó la cosa.