Las primeras pruebas con ratones han tenido un éxito del 80%, lo que lleva a pensar que este método tiene unas altas probabilidades de lograr tratar la parálisis y conseguir que las personas con esta disfuncionalidad puedan volver a caminar. Es lo conseguido por un equipo del Centro Sagol de Biotecnología Regenerativa de la Universidad de Tel Aviv, quienes han creado tejidos funcionales de la médula espinal y los han implantado en modelos que tenían parálisis crónica.
